dissabte, 3 d’abril del 2010

Las Leyendas de Bécquer, en el contexto de la literatura gótica europea

Lee el artículo, visiona los cuatro videos y realiza las actividades.

LA LITERATURA GÓTICA
El adjetivo gótico deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario remite a que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, surgida con el Romanticismo, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En definitiva, al igual que este racionalismo siguió al periodo barroco e igual que ocurriría más tarde a mayor escala con el romanticismo, la novela gótica supuso una ruptura con la corriente de pensamiento predominante.
Ya desde el primer momento, en esta literatura, apreciamos la principal característica de la literatura gótica: la presencia de lo sobrenatural, acontecimientos fantásticos y misteriosos, muchas veces inspirados en leyendas populares, que no pueden explicarse desde la razón humana. Es ante la imposibilidad de explicar estos sucesos, y la implícita amenaza que esto conlleva, lo que produce el horror.
Lo sobrenatural puede presentarse al lector de muchas maneras, según autores y obras. En algunos casos, los relatos góticos parecen sacados del mundo de los sueños, como si se trataran de horribles pesadillas. En otros casos, el horror se presenta desde el lado más grotesco y ahonda el irracionalismo más exacerbado. También es frecuente la presencia de seres maléficos extraordinarios: espectros, fantasmas, monstruos, brujas, hadas, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
En ocasiones, la literatura se plantea como una metáfora de la condición humana de los protagonistas, un descenso a los infiernos del alma. La literatura gótica se siente atraída por los estados alterados de conciencia, por los abismos que se ocultan en el alma humana: el inconsciente, los sueños, la locura, las fobias, las obsesiones, la depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, etc.
Otra importante característica es la atmósfera, el ambiente, que envuelve la narración. La novela gótica, como ya hemos dicho, debe su nombre a la utilización de escenarios medievales para enmarcar la acción: castillos encantados, mansiones, torres, criptas, cementerios, monasterios y catedrales góticas, oscuros bosques encantados,...
La técnica gótica da a esta atmósfera una siniestra vida propia. Las paredes "fruncen el ceño" y el castillo se "agazapa" sobre un pueblo. Con frecuencia, esta ambientación fantástica se funde con las cosas que son familiares al lector, ya que la familiaridad es una gran puerta al subconsciente y permite llegar más fácilmente a sus fobias y miedos.
La seducción también juega un papel importante: muchas veces el protagonista se encuentra atraído hacia situaciones de las que debería apartarse, pero ¿quién puede resistirse a unos cautivadores labios, aunque bajo ellos asomen dos puntiagudos colmillos?
La fusión con el mundo de los sueños también es muy utilizada. La bruma, el ocaso,... son fuentes de confusión e incertidumbre, que enturbian los sentidos del protagonista y le hacen perder el control cuando más lo necesita. La continua imposibilidad para distinguir la imaginación de lo que realmente le rodea, es fuente de angustia y terror.
A esta ambientación contribuye también el poder de la naturaleza. Esta, lejos de ser neutral, se convierte en un aliado de la adversidad en la novela gótica. Niebla, tempestades de viento, estallido de truenos, centelleantes rayos, persistentes lloviznas... son elementos ante cuyos poderes el héroe está indefenso y que erosionan su fuerza y su voluntad.
En cualquier caso, el objetivo de esta ambientación es crear un ambiente opresor y amenazador. Una sensación de pesar, ruina, abandono, vejez y decadencia, y la cercanía con la muerte que esto produce, impera a menudo en el ambiente.

Las Leyendas de Bécquer
Bécquer escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, y que aparecieron en periódicos y revistas a partir de 1858 y 1864. Antes que Bécquer, escritores románticos como Zorrilla o el Duque de Rivas ya habían cultivado este género; se trataba de narraciones legendarias escritas en verso, a través de las cuales se adentraban en el pasado histórico medieval y el folklore español, temas que tanto apasionaban a los románticos.
A diferencia de estos autores, Bécquer escribe sus Leyendas en prosa y se aleja, de este modo, del tono grandilocuente de sus predecesores. A pesar de que también sitúa muchas de sus leyendas en la Edad Media, y de que lo sobrenatural adquiere en ellas un papel primordial, sus personajes sienten y piensan como personas del siglo XIX, logrando así una auténtica renovación del género.
En estos relatos el autor mezcla lo fantástico con lo real, y recrea temas procedentes del folklore español y europeo, creando, en muchas ocasiones, una atmósfera de misterio y de terror que lo conecta con la obra de los grandes maestros de la literatura fantástica del Romanticismo: E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe.


MAESTROS DEL TERROR GÓTICO
E.T.A. Hoffmann


Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un escritor alemán adscrito al Romanticismo.
Donde más destacó su gran personalidad fue en sus cuentos fantásticos, en los que se mezclan el misterio y el horror, y que han alcanzado fama universal. En ellos crea una atmósfera en ocasiones de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe y el primer Dostoievski.
Las historias de Hoffmann son «siniestras», en el sentido que dio Freud a esta expresión: el efecto de horror y extrañamiento que produce la repentina realización en el mundo real de los temores supersticiosos o infantiles. Muchas de sus novelas cortas más famosas fueron reunidas en dos volúmenes bajo el título de Piezas fantásticas (1814-1815), que también contienen una colección de crítica musical y sus propias ilustraciones. El cariz fantástico de la mayor parte de estas obras atestigua la viva imaginación del autor, que se apoya en sus grandes y sutiles dotes de observación. Sueño y realidad se confunden en el espíritu del autor que percibe –como él mismo dejó dicho– las cosas «invisibles para los ojos terrenos».



Edgar Allan Poe


El genio de Edgar Allan Poe (Boston 1809, Baltimore 1849) apenas fue reconocido en su momento, pero tras su muerte se convirtió en maestro e inspirador de escritores posteriores y despertó la admiración de figuras de la talla de Baudelaire, Victor Hugo, Herman Melville, Oscar Wilde, Dostoievsky, Nabokov, Thomas Mann, Marcel Proust o Borges. El Sherlock Holmes de Conan Doyle está inspirado en el personaje de Auguste Dupin, creado por Poe, y su influencia es evidente en magos del terror como Lovecraft o Stephen King.
Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión.
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.
Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher) o La máscara de la Muerte Roja.
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.
Edgar Allan Poe fue un escritor maldito, y tuvo una vida atormentada y llena de excesos. Murió a los 40 años en un hospital de Baltimore después de pasar varios días vagando por las calles, borracho y enajenado. Se dice que lo encontraron en una taberna rodeado de una muchedumbre de bebedores y vestido con unas ropas raídas que, evidentemente, no eran suyas.


El cuervo



La caída de la casa Usher



La máscara de la muerte roja (Parte I)



La máscara de la muerte roja (Parte II)







Actividades
1. Resume las principales características de la literatura gótica del siglo XIX y relaciónalo con las Leyendas de Bécquer.
2. Visiona los videos de las tres obras de Edgar Allan Poe: El cuervo, La caída de la casa Usher y La máscara de la Muerte Roja. Resume su argumento y ejemplifica los elementos propios de la literatura gótica que encuentres en cada uno de ellos.

dimecres, 31 de març del 2010

Las Rimas: Actividades de síntesis

1. ¿Cuáles son los temas principales que Bécquer trata en las Rimas?

2. ¿Qué idea de la poesía expresa Bécquer en las Rimas?

3. En las Rimas se pueden reconstruir los diferentes estadios de una relación amorosa, que va desde la plenitud del amor correspondido hasta el desconsuelo por el amor roto. Describe estos estadios y pon ejemplos extraídos de las rimas.

4. La mujer es un tema constante en las Rimas. ¿Qué visiones se nos ofrece de ella?

5. En algunas rimas no sabemos si el poeta habla de la mujer o de la poesía. Cita alguna de ellas.

6. En ocasiones el poeta se introduce en el mundo de los sueños. ¿En qué rimas? ¿Con qué intención?

7. Señala cuáles son los rasgos de estilo más importantes de las Rimas.

8. Señala los aspectos que caracterizan la métrica de las Rimas.

9. Hay rimas que parten de un hecho o de una anécdota puntual vivida por el protagonista del poema. Cita algunas.

10. Comenta el uso del paralelismo en las Rimas.

La concepción poética de Bécquer

Lee la “Carta segunda”, dentro de Cartas literarias a una mujer”, y realiza después las actividades:

Cartas literarias a una mujer (1861)
Carta segunda, (El Contemporáneo, martes 8 de enero de 1861).

En mi anterior te dije que la poesía eras tú, porque tú eres la más bella personificación del sentimiento, y el verdadero espíritu de la poesía de otro.
A propósito de esto, la palabra amor se deslizó en mi pluma en uno de los párrafos de mi carta.
De aquel párrafo hice el último. Nada más natural. Voy a decirte el porqué.
Existe una preocupación bastante generalizada, aun entre las personas que se dedican a dar formas a lo que piensan, que, a mi modo de ver, es, sin parecerlo, una de las mayores.
Si hemos de dar crédito a los que de ella participan, es una verdad tan innegable que se puede elevar a la categoría de axioma el que nunca se vierte la idea con tanta vida y precisión como en el momento en que ésta se levanta semejante a un gas desprendido y enardece la fantasía y hace vibrar todas las fibras sensibles, cual si las tocase alguna chispa eléctrica.
Yo no niego que suceda así. Yo no niego nada; pero, por lo que a mí toca, puedo asegurarte que cuando siento no escribo. Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro misterioso, las impresiones que han dejado en él su huella al pasar; estas ligeras y ardientes hijas de la sensación duermen allí agrupadas en el fondo de mi memoria hasta el instante en que, puro, tranquilo, sereno y revestido, por decirlo así, de un poder sobrenatural, mi espíritu las evoca, y tienden sus alas transparentes, que bullen con un zumbido extraño, y cruzan otra vez por mis ojos como en una visión luminosa y magnífica.
Entonces no siento ya con los nervios que se agitan, con el pecho que se oprime, con la parte orgánica natural que se conmueve al rudo choque de las sensaciones producidas por la pasión y los afectos; siento, sí, pero de una manera que puede llamarse artificial; escribo como el que copia de una página ya escrita; dibujo como el pintor que reproduce el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde entre la bruma de los horizontes.
Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar como un tesoro la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más: creo que únicamente por esto lo son.

[…]

Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de hierro la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que trotan en la imaginación al envolver esas misteriosas figuras que crea y de las que sólo acertamos a reproducir el descarnado esqueleto; si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los pensamientos más absurdos que nadan en el caos: si tú supieras... Pero, ¿qué digo? Tú lo sabes, tú debes saberlo.
¿No has soñado nunca? Al despertar, ¿te ha sido alguna vez posible referir, con toda su inexplicable vaguedad y poesía, lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano; inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa.
¿Cómo la palabra, cómo un idioma grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?
Imposible.
Sin embargo, yo procuraré apuntar, como de pasada, algunas de las mil ideas que me agitaron durante aquel sueño magnífico, en que vi al amor, envolviendo a la Humanidad como en un fluido de fuego, pasar de un siglo en otro, sosteniendo la incomprensible atracción de los espíritus, atracción semejante a la de los astros, y revelándose al mundo exterior por medio de la poesía, único idioma que acierta a balbucear algunas de las frases de su inmenso poema.
Pero, ¿lo ves? Ya quizá ni tú me entiendes ni yo sé lo que me digo. Hablemos como se habla. Procedamos con orden. ¡El orden! ¡Lo detesto, y, sin embargo, es tan preciso para todo!...
La poesía es el sentimiento; pero el sentimiento no es más que un efecto, y todos los efectos proceden de una causa más o menos conocida. ¿Cuál lo será? ¿Cuál podrá serlo de este divino arranque de entusiasmo, de esta vaga y melancólica aspiración del alma, que se traduce al lenguaje de los hombres por medio de sus más suaves armonías sino el amor?
Sí; el amor es el manantial perenne de toda poesía, el origen fecundo de todo lo grande, el principio eterno de todo lo bello; y digo el amor porque la religión, nuestra religión sobre todo, es un amor también, es el amor más puro, más hermoso, el único infinito que se conoce, y sólo a estos dos astros de la inteligencia puede volverse el hombre cuando desea luz que alumbre en su camino, inspiración que fecundice su vena estéril y fatigada.
El amor es la causa del sentimiento; pero... ¿qué es el amor? Ya lo ves: el espacio me falta, el asunto es grande, y... ¿te sonríes?... ¿Crees que voy a darte una excusa fútil para interrumpir mi carta en este sitio?
No; ya no recurriré a los fenómenos del mío para disculparme de no hablar del amor. Te lo confesaré ingenuamente: tengo miedo.
Algunos días, sólo algunos, y te lo juro, te hablaré del amor, a riesgo de escribir un millón de disparates.
-¿Por qué tiemblas? - dirás sin duda -. ¿No hablan de él a cada paso gentes que ni aún lo conocen? ¿Por qué no has de hablar tú, tú que dices que lo sientes?
¡Ay! Acaso por lo mismo que ignoran lo que es, se atreven a definirlo.
¿Vuelves a sonreírte?... Créeme: la vida está llena de estos absurdos.


Actividades

1. Resume la concepción poética de Gustavo Adolfo Bécquer. Algunos aspectos que podrías tratar son:
• El concepto de poesía
• La imposibilidad de definirla
• La poesía como sentimiento y amor
• La identificación de mujer y poesía

2. ¿Cuál es el proceso de creación poética que se describe en estas líneas?

3. ¿Qué relación se establece entre la poesía, el sentimiento, la mujer y el amor? Relaciónalo con la rima XXI:

¿Qué es poesía? --dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

dimarts, 9 de març del 2010

Cronología: Bécquer y su tiempo

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

1836 Nace Gustavo Adolfo Bécquer en Sevilla.


1837 Muere Mariano José de Larra. Nace Rosalía de Castro.


1838 Edgar Alla Poe publica Las aventuras de Arthur Gordon Pym.
Louis-Jacques Daguerre inventa el daguerrotipo; nace la fotografía.


1840-1842 Muere el padre de Bécquer.
Campoamor y Espronceda publican algunas de sus obras más conocidas: El estudiante de Salamanca, El diablo mundo; Poesías.
Muerte de Espronceda.


1843 Inicio del reinado de Isabel II. Comienzan las obras del ferrocarril (Madrid-Aranjuez).


1847 Muere la madre de Bécquer; se interna en un colegio y después de va a vivir con sus hermanos en casa de sus tías.
Se inaugura la línea ferroviaria Barcelona-Mataró.


1848 Bécquer escribe su primera oda; un año más tarde publica algunos poemas en la revista sevillana El regalo de Andalucía.
Marx y Engels publican el Manifiesto comunista. Revoluciones de carácter liberal en toda Europa. La Comuna de París.


1850-1851 Empieza a trabajar en talleres de pintura. Además empieza a escribir el Libro de cuentas, recopilación de poemas, apuntes biográficos, borradores de proyectos, comentarios del Hamlet.


1854 Sigue trabajando en diversas obras y publicando en revistas.
Se traslada a Madrid.


1854 Estrena en Madrid su comedia La novia y el pantalón, utiliza un seudónimo.


1857 Se interesa por la obra de Byron y Heine a través de la traducción que Eulogio Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista El Museo Universal.
Charles Baudelaire publica Las Flores del Mal.


1858 Bécquer padece una grave enfermedad (tuberculosis). Durante su convalecencia conoce a Julia Espín.
Publica la primera Leyenda en La Crónica.


1859 Publica la primera rima (XIII), en la revista El nene.
Charles Darwin publica El origen de las especies.


1860 Publica Cartas literarias a una mujer, en las que apunta los ejes principales de su poética.


1961 Bécquer se casa con Casta Esteban. Un año más tarde nace su primer hijo.


1863 Se avolece la esclavitud en Estados Unidos.
Rosalía de Castro publica Cantares Gallegos.


1864 Bécquer es nombrado censor de novelas. Un año más tarde nace su segundo hijo.


1967 Karl Marx publica El capital.


1868 En España estalla la Revolución, “La Gloriosa”; cae Isabel II y llega al poder el General Prim. La peseta se convierte en moneda nacional.
Bécquer deja de trabajar de censor y empieza a rescribir de memoria el Libro de los gorriones. Se separa de su mujer al enterarse de su infidelidad. Su libro de poemas desaparece en los disturbios revolucionarios. Se traslada a Toledo con sus dos hijos y su hermano Valeriano.


1870 Muere su hermano Valeriano. La enfermedad de Bécquer se agrava. Muere este año. Antes de morir le pide a su amigo Augusto Ferrán que queme sus cartas y publique sus obras.
El General Prim es asesinado; Amadeo I es coronado Rey de España. Alemania e Italia se unifican.


1871 Los amigos de Bécquer publican sus obras en dos volúmenes.


1913 Los restos de los dos hermanos, Gustavo Adolfo y Valeriano, son trasladados a Sevilla.




Actividades

1. Con los datos que te ofrezco en la Cronología, redacta una biografía sobre la vida y la obra de Bécquer.

2. Con los datos que te ofrezco en la Cronología, redacta un texto que explique en pocas palabras el panorama social, histórico y cultural en que se enmarca la vida del poeta.

dilluns, 8 de març del 2010

Romanticismo "revisado" en las Rimas de Bécquer

I. Bécquer, un romántico “rezagado”


El crítico literario José María Valverde define a Gustavo Adolfo Bécquer como un romántico “rezagado”: al igual que algunos de sus contemporáneos (caso de Rosalía de Castro o Jacint Verdaguer), vuelve a acogerse algunos de los presupuestos del Romanticismo en un momento en que en Europa ya estaba triunfando una nueva estética, la del Realismo literario, que en muchos aspectos se había erigido como una reacción a los excesos sentimentales y subjetivistas del Romanticismo. El Romanticismo de Bécquer se podría definir como un Romanticismo “revisado”. Sin embargo, para comprender con más exactitud la línea poética en la que debemos situar la obra del poeta sevillano resulta imprescindible examinar el panorama literario español durante el período que va desde los años 30 del siglo XIX hasta la década de los 50, momento en que Bécquer iniciará su carrera literaria.



II. Cronología y evolución del Romanticismo en España


En España el Romanticismo literario tiene una implantación tardía y relativamente efímera. Mientras que en otros países europeos la revolución romántica ya había dado sus frutos, en España tendremos que esperar hasta los años treinta para percibir claramente un una literatura romántica. Es la época de la aparición de las revistas románticas, las canciones de temática social de Espronceda, las leyendas y romances históricos de Zorrilla o el costumbrismo crítico de Larra. Se trata de un período de eclosión romántica; un período, sin embargo, tan exuberante como fugaz, que durará apenas una década, ya que muy pronto, y desde las mismas filas del Romanticismo, se percibirá un progresivo abandono de los presupuestos más radicales del Romanticismo, un alejamiento de los excesos subjetivistas románticos.

Este rechazo del Romanticismo operado por los propios románticos se inicia en la década de los 40 y se consolidará de modo definitivo en la década de los 50. Se trata, a su vez, de un fenómeno que se observa en todos los géneros literarios:
• Narrativa: la novela irá abandonando progresivamente el género histórico y fantástico de la novela romántica y se acercará a un registro narrativo cercano al Realismo que por aquel entonces se imponía en Europa.
• Teatro: después de una década de florecimiento romántico que culmina con el estreno de Don Juan Tenorio de Zorrilla (1844), se vuelve a los patrones del drama burgués de Fernández de Moratín.
• Lírica: en el campo de la lírica, a partir de los años 30 había habido una eclosión romántica muy destacable:
- 1834: El moro expósito, del duque de Rivas.
- 1837: Zorrilla publica sus poemas.
- 1840-1841: Espronceda publica El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
- 1840: Campoamor publica Ternezas y flores, considerado un hito de la lírica romántica en España.
Sin embargo, sólo dos años después (1843), el propio Campoamor (un poeta muy influyente para aquella generación) publica sus Fábulas, una obra en la que se aleja del romanticismo para acogerse a un registro neoclásico: se inicia con ello un viraje de muchos autores hacia un rechazo de los excesos retóricos del Romanticismo trasnochado de autores como Espronceda.


III. El Romanticismo revisado de Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer pertenece a este grupo de escritores que comparten ese rechazo del Romanticismo exaltado de la generación anterior, sin que por ello se acojan al Realismo. Nace en 1836, un año después de la muerte de Larra; y en 1842, con sólo 6 años, muere Espronceda, la figura romántica por antonomasia en España; cuando en 1855 se traslada a Madrid e inicia su carrera poética, la gran década romántica de la literatura española ya queda como algo lejano y pasado de moda.

Desde esta posición histórica, tenemos que situar la obra de Bécquer en una línea poética formada por un grupo de escritores que, rechazando la retórica inflamada del Romanticismo radical de Espronceda, optarán por una poesía de tono intimista y sencilla; una poesía puesta al servicio de la comunicación eficaz de los sentimientos que se inspira, en muchos aspectos, en la espontaneidad y sencillez de la lírica popular. Es esta la línea poética en que debemos situar las Rimas de Bécquer; un Romanticismo, sí, pero un Romanticismo revisado, depurado de la grandilocuencia del Romanticismo más exacerbado.


IV. La poesía “natural” de Bécquer


Puede que el ideal poético de una lírica desnuda y esencial que recuerde la sencillez y la naturalidad expresiva de lírica popular nazca en Bécquer del impacto que le produjo el conocimiento de la lírica de Augusto Ferrán, que en 1861 publica La soledad. Bécquer quedó fascinado por el lirismo intimista nacido del cantar popular andaluz. En el prólogo que Bécquer escribió para el libro de Ferrán quedan expresados de manera esencial algunos de los presupuestos teóricos que luego quedarán plasmados en las Rimas:

"Hay una poesía magnífica y sonora; una poesía hija de la meditación y el arte, que se engalana con todas las pompas de la lengua, que se mueve con una cadenciosa majestad, habla a la imaginación, completa sus cuadros y la conduce a su antojo por un sendero desconocido, seduciéndola con su armonía y su hermosura.
Hay otra, natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye; y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía".
La primera tiene un valor dado: es la poesía de todo el mundo.
La segunda carece de medida absoluta; adquiere las proporciones de la imaginación que impresiona: puede llamarse la poesía de los poetas".

El primer tipo de poesía al que alude la cita de Bécquer es el de la tradición culta del Barroco y el Siglo de Oro español; una poesía rebuscada, repleta de artificio formal y de adorno retórico, en la que se trata más de demostrar el virtuosismo verbal del poeta, su dominio soberano sobre el lenguaje, que de comunicar de manera eficaz la emoción encerrada en el poema. El segundo tipo de poesía, la “natural, breve, seca”, no la encontramos en la tradición culta, sino en la poesía popular; es la poesía desnuda, libre y aparentemente espontánea que va directa al sentimiento, a la emoción, la que encontramos en las baladas, los romances y las canciones populares. Es por este segundo tipo de poesía que se decanta Bécquer. Pero, como señala Dámaso Alonso, no nos engañemos: Bécquer “está hablando de la poesía popular, pero está pensando en su propia poesía”; está esbozando con ello el ideal poético que aparece en las Rimas.



V. Elementos populares en la lírica de Bécquer


Entre los elementos que Bécquer saca de la poesía popular cabe destacar los siguientes:

• Uso de estrofas populares: la copla y el romance.

• Uso de rima asonante (normalmente en los versos pares, como es propio del romance).

• Recuperación de versos de arte menor (más propios de la tradición popular), que se combinan con versos de arte mayor, decasílabos o endecasílabos, formando estrofas de pie quebrado.

• El tono conversacional y la intensidad expresiva. Observa la rima XXXV:

¡No me admiró tu olvido! Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo,
eso... ni lo pudiste sospechar.

El poeta expresa su orgullo despechado con una naturalidad que lo acerca al lenguaje coloquial; parece como si estuviera hablando directamente a su amada. El tono conversacional también se consigue por medio del uso frecuente de exclamaciones e interrogaciones. Veamos el final de la rima XXXIV:

¿Que es estúpida? ¡Bah! mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.

• La concisión y la brevedad de algunos poemas:

¿Qué es poesía? --dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

• Las repeticiones, ya sean en forma de anáfora (repetición de una palabra al inicio de varios versos) o estribillos (consistente en un pequeño grupo de versos que se repiten). En la rima XXVII tenemos la repetición del estribillo que como si de una nana cantada a la amada se tratara repite “¡Duerme!”:

Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo cuando tú duermes.

Despierta, ríes y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve.
Süave como el rastro luminoso
que deja en sol que muere…
“¡Duerme!”

Despierta miras, y al mirar tus ojos
húmedos resplandecen,
como la onda azul, en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,
tranquilo fulgor viertes,
cual derrama la luz templado rayo
lámpara transparente…
“¡Duerme!”

Despierta hablas, y al hablar, vibrantes,
tus palabras parecen
lluvias de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue
escucho yo un poema, que mi alma
enamorada entiende…
“¡Duerme!”

Sobre el corazón la mano
he puesto porque no suene
su latido, y en la noche
turbe la calma solemne:

De tu balcón las persianas
cerré ya, porque no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte…
“¡Duerme!”


O, aún más claro, el estribillo de la rima XII que se repite a lo largo de todo el poema:


Y, si embargo,
Sé que te quejas
Porque tus ojos
Crees que la afean.
Pues no lo creas.




VI. El influjo germánico: Heinrich Heine


A todo ello hay que sumar el influjo que un poeta alemán, Heinrich Heine (1797-1854), ejercerá sobre los poetas del grupo de Bécquer. Heine es un poeta romántico de segunda generación cuyo lirismo también recuerda la espontánea naturalidad del lied, la balada, el romance y la canción popular. Veamos el parecido temático entre el Intermezzo lírico de Heine y la Rima LVXXIX de Bécquer:

Que están envenenadas mis canciones?
¿Y no han de estarlo, di?
Tú de veneno henchiste, de veneno,
mi vida juvenil.

¿Que están emponzoñadas mis canciones?
¿Y no han de estarlo, di?
Dentro del corazón llevo serpientes,
y a más te llevo a tí.

Heine.


Una mujer me ha envenenado el alma;
otra mujer me ha envenenado el cuerpo;
ninguna de las dos vino a buscarme;
yo, de ninguna de las dos me quejo.

Como el mundo es redondo, el mundo rueda.
Si mañana, rodando, este veneno
envenena a su vez, ¿por qué acusarme?
¿Puedo dar más de lo que a mí me dieron?

Bécquer

Como se señala en la “Introducción” de la edición de las Rimas con que trabajamos (p. 27), en este caso “el parecido temático –la mujer que envenena el alma del poeta y, por consiguiente, el mundo- es más evidente que la similitud formal, porque el uso del paralelismo y la anáfora es reiterado en el poema heiniano (Que están envenenadas mis canciones? / ¿Y no han de estarlo, di?; ¿Que están emponzoñadas mis canciones? / ¿Y no han de estarlo, di?), mientras que en el de Bécquer se limita a la primera estrofa (Una mujer me ha envenenado el alma; / otra mujer me ha envenenado el cuerpo)”.

Sin embargo, como se advierte a continuación, el uso del paralelismo (reiteración de esquemas sintácticos en los versos) y de la anáfora (repetición de una palabra al inicio de varios versos) son recursos constantemente utilizados por Bécquer (ver rimas: IV, V, XI, XIII, XXIV, XLI, LII, LIII, LXI). Según el poeta y crítico Dámaso Alonso, el uso del paralelismo en las Rimas de Bécquer es tan frecuente por el influjo de Heine. Leamos el análisis que en la Introducción se hace de la rima XIII:

XIII
Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana,
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,
las trasparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.

Los primeros versos de las tres estrofas empiezan con la anáfora “Tu pupila es azul” seguida de la conjunción “y” que introduce una proposición subordinada temporal (estrofas 1 y 2: “cuando ríes…”, “cuando lloras…”) y una condicional (estrofa 3: “si en su fondo…”). El esquema sintáctico que estructura los versos es el siguiente:

y cuando ríes
(subordinada temporal)
Tu pupila es azul
(anáfora) y cuando lloras
(subordinada temporal)
y si en su fondo
(subordinada condicional)


El paralelismo y la comparación estructuran el discurso a lo largo de todo el poema. La belleza de los ojos de la amada en sus distintas facetas (estrofa 1: risa, estrofa 2: llanto, estrofa 3: idea) se comparan con el mar (estrofa 1), el rocío en la violeta (estrofa 2) y la estrella en el cielo (estrofa 3), y todo ello se sucede en un paralelismo que atraviesa el conjunto del poema: risa = mar, lágrimas = rocío en la violeta, idea = estrella que brilla en el cielo.

Pero como señala D. Alonso, el influjo de Heine no se limita a la recreación de algunos temas o al uso del paralelismo; también es perceptible en la misma estructura métrica de las rimas. Las combinaciones métricas de las Rimas se parecen mucho las que encontramos en las traducciones que Eulogio Florentino Sanz hizo de la poesía de Heine, y sabemos de buena tinta que Bécquer tuvo que trabajar con esta traducción. Comparemos la estructura métrica de estos dos poemas:

Solitario en el Norte se alza un pino 11
sobre arrecida altura soñoliento; 11 (rima asonante)
con su manto blanquísimo le embozan 11
nubes y hielos. 5 (rima asonante)

Heine

Sé que en su corazón, nido de sierpes, 11
no hay una fibra que al amor responda; 11 (rima asonante)
que es una estatua inanimada, pero… 11
¡es tan hermosa! 5 (rima asonante)

Bécquer

Ambas estrofas son estrofas de tres versos de once sílabas y uno de cinco, con rima asonante en el segundo y el cuarto verso. Del mismo modo, la estrofa de cuatro versos, de once sílabas los impares, y de siete los pares (con rima asonante), la encontramos también en las traducciones que Sanz hizo de Heine:

¿Que están empozoñadas mis canciones? 11
¿Y no han de estarlo, di? 7 (rima asonante)
Dentro del corazón llevo serpientes, 11
y a más te llevo a ti. 7 (rima asonante)

Heine

Alguna vez la encuentro por el mundo 11
y pasa junto a : 7 (rima asonante)
y pasa sonriéndose, y yo digo: 11
¿Cómo puede reír? 7 (rima asonante)

Bécquer

Para finalizar, lo mismo sucede con la combinación de versos de diez sílabas y uno de seis con rima en los pares, sólo que en Bécquer el verso de seis sílabas es el cuarto:

¿Por qué llega tan torvo y sombrío 10
el sol en los valles? 6 (rima asonante)
¿Por qué, dime, se extiende la tierra 10
cual sepulcro, tan parda y salvaje. 10 (rima asonante)

Heine

Del salón en el ángulo oscuro, 10
de su sueño tal vez olvidada, 10 (rima asonante)
silenciosa y cubierta de polvo 10
veíase el arpa. 6 (rima asonante)

Bécquer


Bibliografía:

G. A. Bécquer, “Introducción”, dentro de Rimas y leyendas. Introducción, notas y propuesta didáctica de Nazaret Almeida, Barcelona, 2004.

G. A. Bécquer, “Introducción”, dentro de Rimas. Edición de Jesús M.ª Muñoz, Madrid, 1997.

Dámaso Alonso, Poetas españoles contemporáneos, Madrid, 1988.

Pere Pajerols




Actividades:

1. ¿Por qué se dice en el artículo que Bécquer es un "romántico rezagado"?

2. ¿Qué significa en el artículo que el Romanticismo de Bécquer es un romanticismo "revisado"?

3. Lee otra vez la cita del Prólogo de Bécquer a La Soledad, el libro de su amigo Augusto Ferrán. ¿Qué dos tipos de poesía se contraponen? ¿Cuál de las dos es la que prefiere Bécquer?

4. Resume el ideal poético de Bécquer.

5. Resume los elementos que acercan la poesía de Bécquer en las Rimas a la lírica popular.

6. Resume los aspectos en que se concretiza el influjo de Heinrich Heine en la lírica de Bécquer.






divendres, 5 de març del 2010

Actividades Video

Visiona los videos y después realiza las actividades:











Video 1: “Goethe, i el mite de Faust”

1. Resume la definición de Romanticismo que se da al inicio del video. ¿En qué consiste? ¿Cuáles son sus principales características?

2. La cronología del Romanticismo: orígenes, expansión y fin.

3. Resume el mito de Fausto. ¿Qué otros artistas, a parte de Goethe, han tratado el tema?


Video 2: “Frankestein i el mite de Prometeu en el cinema”

1. ¿Qué facetas del espíritu romántico encarna Frankestein?

2. Investiga en qué consiste el mito clásico de Prometeo. ¿Qué interpretación hacen los románticos del mito de Prometeo?

3. ¿Qué crees que tiene en común las figura de Prometeo y Frankenstein con otras figuras arquetípicas como Satanás, Don Juan, Drácula o Caín? ¿Por qué crees que estas figuras seducieron tanto a los románticos?


Video 3: “Intimisme musical i literari”

1. En el inicio del video, ¿en que consiste la renovación artística impulsada por el Romanticismo?

2. ¿Qué visión de la naturaleza fascinó a los románticos?


3. Qué tres elementos renovadores propios del Romanticismo literario se plasman en la pintura de Caspar David Friedrich “El caminante”?

4. ¿Qué grandes compositores románticos se mencionan en el video?

5. ¿Cúal de las principales características de la literatura y la música romántica se pone de relieve en el video?

dijous, 4 de març del 2010

El Romanticismo: la génesis de una nueva sensibilidad

1. Introducción al Romanticismo

Con el término “Romántico” se suele aludir al movimiento cultural dominante en el terreno de las ideas, el arte y la literatura durante la primera mitad del siglo XIX. El concepto había aparecido mucho antes, a finales del siglo XVII, como derivado del sustantivo “roman” (novela) y es, por tanto, sinónimo de “novelesco”, fantástico o propio de la ficción literaria. Pero no fue hasta el último tercio del siglo XVIII que en Alemania el término se pasará a utilizar para designar un tipo de literatura, una nueva estética opuesta al clasicismo.
Sin embargo, el Romanticismo no es solamente un fenómeno literario, ni tan siquiera artístico; se trata, más bien, de una revolución cultural que contribuyó también de forma decisiva al nacimiento de un nuevo modo de pensar, de sentir y de vivir –éste ya sí, genuinamente moderno- del que aún somos deudores. Dicha revolución se concretiza en los siguientes aspectos: 1) Reacción en contra del espíritu analítico y mecanicista de la Ilustración y reivindicación de la religión y la poesía; 2) nacimiento de un potente culto al individuo, la naturaleza, el sentimiento y la fantasía; 3) sed de absoluto, inconformismo y rebeldía con respecto a los límites impuestos a la existencia humana; 4) introducción de un principio de libertad absoluta del genio creador como reacción a la mentalidad normativa neoclásica; 5) actitud nostálgica hacia el pasado (sobretodo, del pasado medieval), nacida del desasosiego producido por el presente, y dignificación de los géneros populares que expresan la idiosincrasia de los pueblos.

2. Antecedentes y génesis del Romanticismo

Los historiadores de la cultura coinciden en utilizar el término “prerromanticismo” para referirse a una serie de tendencias que aparecen en el último tercio del siglo XVIII, y que, de algún modo, prefiguran muchos de los rasgos característicos de la nueva sensibilidad nacida con el Romanticismo. Todas estas tendencias tienen en común el hecho de suponer una especie de rebelión en contra del dogmatismo racionalista de la Ilustración, y de las concepciones materialistas, analíticas y mecanicistas del hombre, la naturaleza y la sociedad que de ella se derivan. Algunos de sus rasgos característicos son la revalorización del individuo y del sentimiento, una nueva sensibilidad hacia la Naturaleza (convertida en muchas ocasiones espejo del Yo) y un culto al genio, la imaginación y la ensoñación. No es, pues, de extrañar, que los románticos vieran en autores como J.J. Rosseau (La nueva Eloisa, Confesiones) un precursor de su movimiento.

La influencia germánica fue decisiva para la consolidación del la nueva sensibilidad. Tras el “Sturm und Drang” (Goethe, Schiller), que ya proclamaba la primacía del sentimiento sobre el intelecto, y su culto al genio, se introduce un revolucionario principio de libertad absoluta en la creación poética diametralmente opuesto al carácter normativo y prescriptivo de la mentalidad clasicista que había dominado en Europa. En palabras de Fr. Schlegel, probablemente el principal teórico del Romanticismo, “la poesía romántica es la única que es absolutamente libre”, y la única ley que reconoce es que la libertad del poeta no admite ley alguna por encima de él. Todo ello va unido a una absolutización de la literatura; se proclamará el valor infinito de la poesía, y Novalis llegará a afirmar que la poesía es lo único absolutamente verdadero, y que cuanto más poético, más verdadero.

En el terreno de la literatura, cabe destacar a Goethe, cuya influencia resulta patente tanto en el campo de la lírica, como en el del teatro o la novela. Los sufrimientos del joven Werther (1774), que narran la desgraciada historia de un joven melancólico cuyo amor por una mujer casada le acaba llevando al suicidio, fueron leídos en toda Europa. Y Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, significaron en muchos sentidos la refundación de un género, la novela, que junto a la lírica sería el mayor exponente de la literatura romántica. Por otro lado, autores como Herder, revitalizarán el interés por el propio pasado histórico y legendario de los pueblos, fenómeno que, en el campo de la literatura, se concretiza en una fascinación por todo lo que respire un aire de folklore, popularidad o pasado heroico (leyendas, mitos, cuentos), y se rehabilitarán géneros medievales como la canción o la balada.

Pero hubo igualmente otros influjos procedentes de Inglaterra, y no solamente en el terreno de la lírica (donde poetas como Blake, Wordsworth o Coleridige jugaron un papel fundamental). Shakespeare resultará un precedente ineludible en la renovación del teatro (género en el que el espíritu preceptivo de la poética neoclásica se había mostrado más activo), y lo mismo sucederá con autores anti-clasicistas como Cervantes, Lope de Vega o Calderón, que serán redescubiertos y revalorizados.


3. El Romanticismo en otros países

El Romanticismo no es un fenómeno unitario, sino que se caracteriza por la diversidad y heterogeneidad de los romanticismos que se desarrollaron en diversos países de Europa.
El Romanticismo alemán está estrechamente vinculado a la filosofía de pensadores como Fichte, Hegel o Schelling, cuyo idealismo se erigió como una reacción al pensamiento analítico de la Ilustración. La contribución alemana al movimiento tuvo lugar, principalmente, a nivel teórico; en este sentido, cabe destacar el llamado “Círculo de Jena” (Schlegel, Novalis, Tieck, Schelling, Schleiermacher), cuya actividad teórica introdujo la modernidad literaria en Europa. En el campo de la literatura cabe destacar a Novalis y Hölderlin (lírica), Tieck (teatro) o Kleist (narrativa).
También fundamental para la fundación del movimiento, sobretodo en el terreno de la lírica, fue la literatura Inglesa, con autores como Blake, Wordsworth y Coleridge (ambos publicaron las Lyrical Ballads, un auténtico hito de la literatura romántica); esta primera generación romántica vino seguida de una segunda, con autores como Keats, Poe o Byron (poeta que encarna el prototipo del héroe romántico rebelde e inconformista).
En Francia, el Romanticismo llegó un poco más tarde, y lo hizo de la mano de Madame de Staël, que introdujo en este país la nueva sensibilidad artística nacida en Alemania. Cabe destacar la obra de Victor Hugo, cuyo Prefacio al Cronwell constituye un referente ineludible del programa romántico; pero donde más productivo se mostró este movimiento fue en el campo de la lírica, con la obra de autores como el mismo Hugo, Lamartine, Vigny, Musset o Nerval.
El movimiento romántico tuvo también implantación en otros países, caso de Italia (Leopardi, Manzoni, Foscolo) o Rusia (Pushkin).

4. El Romanticismo en España

Como señala José María Valverde, el Romanticismo llega a España tardíamente y de forma parcial y sesgada. Esto se puede deber al hecho de que en España ni la Ilustración ni el Clasicismo (los movimientos contra los cuales el Romanticismo se erige como reacción) tuvieron una implantación destacable. La primera figura romántica en España es Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, con su Don Álvaro o la fuerza del destino. Pero la imagen arquetípica del poeta romántico está encarnado por José Espronceda, cuya poesía –piénsese en su Canción del pirata, El estudiante de Salamanca o El Diablo Mundo- reproduce el esquema del individuo soberano y libre. Zorrilla, en cambio, obtuvo popularidad en la escena: su famoso Don Juan Tenorio recrea en clave romántica el tema donjuanesco tratado ya por Byron. Paradójicamente, más tarde, en pleno apogeo del Realismo, románticos “retardados” (en palabras de J.Mª Valverde) como Bécquer, Jacint Verdaguer o Rosalía de Castro sacarán buenos frutos del Romanticismo cuando dicho movimiento ya había pasado.

5. Conclusión
En síntesis, el Romanticismo es un movimiento cultural que dominó la primera mitad del siglo XIX, y que supuso, en muchos aspectos, la fundación de la sensibilidad moderna. Nace durante el último tercio del siglo XVIII en Alemania (importante será el trabajo teórico del llamado Círculo de Jena) e Inglaterra, pero se va extendiendo progresivamente por otros países Europeos. En España el Romanticismo llega de forma tardía y sin dejar muchas obras destacables; sin embargo, cuando el Realismo ya dominaba la literatura europea, florece en España un posromanticismo muy potente con autores como Bécquer, Verdaguer o Rosalía de Castro.

Pere Pajerols

Bibliografía:
De Diego, R. (Ed.), “Introducción al Romanticismo” dentro de: Antología de la poesía romántica Francesa, 2000.
Wellek, R. y Warren, A., Historia de la crítica literaria moderna, 1949.
Fr. Schlegel, Fragmentos, (trad. Pere Pajerols), 2009.
De Riquer, M. y Valverde, J.Mª, Historia de la literatura universal II. Desde el Barroco hasta nuestros días, 2007.