LA LITERATURA GÓTICA
El adjetivo gótico deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario remite a que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, surgida con el Romanticismo, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En definitiva, al igual que este racionalismo siguió al periodo barroco e igual que ocurriría más tarde a mayor escala con el romanticismo, la novela gótica supuso una ruptura con la corriente de pensamiento predominante.
Ya desde el primer momento, en esta literatura, apreciamos la principal característica de la literatura gótica: la presencia de lo sobrenatural, acontecimientos fantásticos y misteriosos, muchas veces inspirados en leyendas populares, que no pueden explicarse desde la razón humana. Es ante la imposibilidad de explicar estos sucesos, y la implícita amenaza que esto conlleva, lo que produce el horror.
Lo sobrenatural puede presentarse al lector de muchas maneras, según autores y obras. En algunos casos, los relatos góticos parecen sacados del mundo de los sueños, como si se trataran de horribles pesadillas. En otros casos, el horror se presenta desde el lado más grotesco y ahonda el irracionalismo más exacerbado. También es frecuente la presencia de seres maléficos extraordinarios: espectros, fantasmas, monstruos, brujas, hadas, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
En ocasiones, la literatura se plantea como una metáfora de la condición humana de los protagonistas, un descenso a los infiernos del alma. La literatura gótica se siente atraída por los estados alterados de conciencia, por los abismos que se ocultan en el alma humana: el inconsciente, los sueños, la locura, las fobias, las obsesiones, la depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, etc.
Otra importante característica es la atmósfera, el ambiente, que envuelve la narración. La novela gótica, como ya hemos dicho, debe su nombre a la utilización de escenarios medievales para enmarcar la acción: castillos encantados, mansiones, torres, criptas, cementerios, monasterios y catedrales góticas, oscuros bosques encantados,...
La técnica gótica da a esta atmósfera una siniestra vida propia. Las paredes "fruncen el ceño" y el castillo se "agazapa" sobre un pueblo. Con frecuencia, esta ambientación fantástica se funde con las cosas que son familiares al lector, ya que la familiaridad es una gran puerta al subconsciente y permite llegar más fácilmente a sus fobias y miedos.
La seducción también juega un papel importante: muchas veces el protagonista se encuentra atraído hacia situaciones de las que debería apartarse, pero ¿quién puede resistirse a unos cautivadores labios, aunque bajo ellos asomen dos puntiagudos colmillos?
La fusión con el mundo de los sueños también es muy utilizada. La bruma, el ocaso,... son fuentes de confusión e incertidumbre, que enturbian los sentidos del protagonista y le hacen perder el control cuando más lo necesita. La continua imposibilidad para distinguir la imaginación de lo que realmente le rodea, es fuente de angustia y terror.
A esta ambientación contribuye también el poder de la naturaleza. Esta, lejos de ser neutral, se convierte en un aliado de la adversidad en la novela gótica. Niebla, tempestades de viento, estallido de truenos, centelleantes rayos, persistentes lloviznas... son elementos ante cuyos poderes el héroe está indefenso y que erosionan su fuerza y su voluntad.
En cualquier caso, el objetivo de esta ambientación es crear un ambiente opresor y amenazador. Una sensación de pesar, ruina, abandono, vejez y decadencia, y la cercanía con la muerte que esto produce, impera a menudo en el ambiente.
Las Leyendas de Bécquer
Bécquer escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, y que aparecieron en periódicos y revistas a partir de 1858 y 1864. Antes que Bécquer, escritores románticos como Zorrilla o el Duque de Rivas ya habían cultivado este género; se trataba de narraciones legendarias escritas en verso, a través de las cuales se adentraban en el pasado histórico medieval y el folklore español, temas que tanto apasionaban a los románticos.
A diferencia de estos autores, Bécquer escribe sus Leyendas en prosa y se aleja, de este modo, del tono grandilocuente de sus predecesores. A pesar de que también sitúa muchas de sus leyendas en la Edad Media, y de que lo sobrenatural adquiere en ellas un papel primordial, sus personajes sienten y piensan como personas del siglo XIX, logrando así una auténtica renovación del género.
En estos relatos el autor mezcla lo fantástico con lo real, y recrea temas procedentes del folklore español y europeo, creando, en muchas ocasiones, una atmósfera de misterio y de terror que lo conecta con la obra de los grandes maestros de la literatura fantástica del Romanticismo: E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe.
MAESTROS DEL TERROR GÓTICO
E.T.A. Hoffmann

Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un escritor alemán adscrito al Romanticismo.
Donde más destacó su gran personalidad fue en sus cuentos fantásticos, en los que se mezclan el misterio y el horror, y que han alcanzado fama universal. En ellos crea una atmósfera en ocasiones de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe y el primer Dostoievski.
Las historias de Hoffmann son «siniestras», en el sentido que dio Freud a esta expresión: el efecto de horror y extrañamiento que produce la repentina realización en el mundo real de los temores supersticiosos o infantiles. Muchas de sus novelas cortas más famosas fueron reunidas en dos volúmenes bajo el título de Piezas fantásticas (1814-1815), que también contienen una colección de crítica musical y sus propias ilustraciones. El cariz fantástico de la mayor parte de estas obras atestigua la viva imaginación del autor, que se apoya en sus grandes y sutiles dotes de observación. Sueño y realidad se confunden en el espíritu del autor que percibe –como él mismo dejó dicho– las cosas «invisibles para los ojos terrenos».
Edgar Allan Poe

El genio de Edgar Allan Poe (Boston 1809, Baltimore 1849) apenas fue reconocido en su momento, pero tras su muerte se convirtió en maestro e inspirador de escritores posteriores y despertó la admiración de figuras de la talla de Baudelaire, Victor Hugo, Herman Melville, Oscar Wilde, Dostoievsky, Nabokov, Thomas Mann, Marcel Proust o Borges. El Sherlock Holmes de Conan Doyle está inspirado en el personaje de Auguste Dupin, creado por Poe, y su influencia es evidente en magos del terror como Lovecraft o Stephen King.
Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión.
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.
Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher) o La máscara de la Muerte Roja.
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.
Edgar Allan Poe fue un escritor maldito, y tuvo una vida atormentada y llena de excesos. Murió a los 40 años en un hospital de Baltimore después de pasar varios días vagando por las calles, borracho y enajenado. Se dice que lo encontraron en una taberna rodeado de una muchedumbre de bebedores y vestido con unas ropas raídas que, evidentemente, no eran suyas.
El cuervo
La caída de la casa Usher
La máscara de la muerte roja (Parte I)
La máscara de la muerte roja (Parte II)
Actividades
1. Resume las principales características de la literatura gótica del siglo XIX y relaciónalo con las Leyendas de Bécquer.
2. Visiona los videos de las tres obras de Edgar Allan Poe: El cuervo, La caída de la casa Usher y La máscara de la Muerte Roja. Resume su argumento y ejemplifica los elementos propios de la literatura gótica que encuentres en cada uno de ellos.
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