Para recuperar el segundo trimerstre debes entregar un dossier con las siguientes actividades antes del 12/04/11.
1. Di si estas listas de palabras configuran familias léxicas o campos semánticos.
Trompeta, violín, piano, saxofón…
Acuático, aguador, aguacero, subacuático…
Ordenado, ordenador, desordenado…
Examen, profesor, evaluar, asignatura…
2. Define qué es denotación y qué es connotación. Pon un ejemplo.
3. Identifica sinónimos y antónimos en este texto.
Se conocen desde antiguo los beneficios estéticos y psicológicos que las plantas proporcionan en el hogar:
Hacen más agradable el ambiente, tranquilizan, reducen el estrés.
Las técnicas orientales del FENG-SHUI buscan conseguir ambientes armónicos, serenos, relajantes.
Se ha comprobado que aumenta la eficiencia laboral en las oficinas dotadas de vegetación.
Las plantas reducen los niveles de dióxido de carbono e incrementan la humedad del ambiente.
Disminuyen la cantidad de polvo en el hogar en casi un 20%.
Reducen niveles de ciertos gases nocivos tales como formaldehído y dióxido de nitrógeno.
4. Define estos conceptos: hiperónimo, hipónimo y cohipónimos, y pon ejemplos.
5. Distingue polisemia y homonimia, y pon ejemplos.
6. Señala sujeto y predicado en estas oraciones.
Se ha prohibido el tabaco en las empresas.
¿Quién te lo ha dicho?
Sin ninguna explicación, todos los asistentes se marcharon de la sala.
Es todo tan hermoso.
Pedro, ven enseguida.
Las ventajas ya las sé.
El alemán ha huido por ahí.
El del jersey rojo es mi hermano mayor.
7. Di si estos enunciados son oraciones o frases.
¿Bailas?
¡Esto sí que no!
¡Válgame Dios!
¡Pero bueno!
8. Di de qué tipo son los sintagmas subrayados.
Vive bastante feliz.
Me he enterado de todas las noticias.
Ha visto muchos países.
Hoy es jueves.
Llamas mucho.
9. Reconoce el sujeto y el predicado de cada una de estas oraciones. Subraya el núcleo de cada uno.
a) Ya no me importan esas tonterías de mi hermano.
b) Los martes por la mañana mi hermano y yo solemos ayudar a nuestros padres.
c) Mi amigo Juan no está casado.
d) Diego, te han pedido tus compañeros en el colegio el trabajo de matemáticas.
10. Di si estas oraciones contienen un predicado nominal o verbal.
a) Ya he visto esta película.
b) ¿Te ha parecido bien?
c) Han estado buscándote todo el día.
d) No fuimos suficientemente acogedores.
e) Nos fuimos a las diez de la noche.
11. Escribe sintagmas nominales con estas estructuras.
a) actualizador + núcleo + aposición.
b) actualizador + actualizador + núcleo.
c) actualizador + núcleo + adyacente
d) actualizador + núcleo + complemento del nombre.
12. Identifica los sujetos de estas oraciones. Analiza después su estructura.
a) Los mejores años de mi vida han sido los del Bachillerato.
b) El fregar se va a acabar.
c) El río Miño pasa por Lugo.
d) Las personas que hacen deporte gozan de buena salud.
13. Enumera qué palabras pueden desempeñar la función de núcleo del predicado y pon ejemplos.
14. Reconoce el núcleo del predicado en estas oraciones y di qué tipo de verbo es: verbo simple, verbo compuesto, perífrasis verbal o locución verbal.
a) A mí no me dan gato por liebre.
b) Tengo que llamar a mi hermano.
c) Ya se había terminado.
d) Siempre estamos pendientes del reloj.
15. Qué preposición inicia el complemento agente? Pon un ejemplo.
Subraya los complementos predicativos de estas oraciones.
a) Tengo roto el bolsillo trasero del pantalón.
b) Salieron entusiasmados de la reunión.
c) Volvieron muy contentos de la excursión
d) Se ha encontrado desordenada toda la habitación
16. Analiza la sintaxis de estas oraciones (sujeto, predicado, núcleo del predicado y complementos verbales):
a) Me olvidé los libros de matemáticas en mi casa.
b) El tabaco es perjudicial para la salud.
c) A la profesora le daré este trabajo después de Semana Santa.
d) ¿Ha llegado ya tu padre de Francia?
e) Las oraciones me parecen muy fáciles.
f) Me deprimen mucho los días de lluvia.
g) Hago los deberes sola en mi habitación.
17. Inventa oraciones que tengan estas estructuras:
a) SN Sujeto + verbo + Atributo + CC Lugar
b) SN Sujeto (que contenga un Complemento del Nombre) + verbo + CD + CI + Sadv. CC Tiempo
c) SN Sujeto (que contenga un adjetivo) + verbo + C Predicativo
d) SN Sujeto + verbo + C Agente + CC Modoe) SN Sujeto + verbo + C. Régimen + SN CC Tiempo (que contenga un complemento del nombre)
dimarts, 29 de març del 2011
diumenge, 20 de febrer del 2011
La exposición. Los argumentos y los complementos verbales. SOLUCIONES.
ANÁLISIS SEMÁNTICO
1.
obvio: evidente (sinónimo), difícil (antónimo); anterior: previo (sinónimo), posterior (antónimo); superfluo: innecesario (sinónimo), esencial (antónimo).
2.
c)
3.
Mensaje, interpreta, información, transmitir, emite, interlocutor, saludar, pedir, etc.
4.
La palabra conjunción en el texto significa “unión”.
ANÁLISIS MORFOLÓGICO
5.
a) –ría: cond. simpl. ind; -n: 3.ª p. pl.
b) –a-: morf. fem.; -s: morf. pl.
6.
a) sustantivo.
b) adverbio.
c) adjetivo.
d) sustantivo.
7.
a) pronombre y determinante.
b) pronombre interrogativo y adverbio.
8.
Diríamos: 1.ªp. pl. condicional simpl verbo decir-
que: conj. subordinante;
la: art. fem. sing.
comunicación: sust. fem. sing.
se: morf. verbal.
ha producido: 3.ª p. sing. pretérito perfercto compuesto de indicativo, voz activa.
con: prep.
éxito: sust. masc. sing.
ANÁLISIS SINTÁCTICO
9.
a) deberían ser
b) tiene que cumplirse
c) parece acertado
d) resultaría totalmente superfluo
10.
a) de “comunicación”: CRV
b) en la siguiente situación: CRV
c) en el mensaje: CCL
d) ante la llegada de su interlocutor: CCC
11.
La oración es predicativa y tiene un sujeto elíptico (nosotros).
El predicado es verbal, y está formado por el núcleo (orientamos) y dos complementos verbales: “la pregunta” (SN / CD) y “hacia la recepción” (S.Prep. / CCL).
1.
obvio: evidente (sinónimo), difícil (antónimo); anterior: previo (sinónimo), posterior (antónimo); superfluo: innecesario (sinónimo), esencial (antónimo).
2.
c)
3.
Mensaje, interpreta, información, transmitir, emite, interlocutor, saludar, pedir, etc.
4.
La palabra conjunción en el texto significa “unión”.
ANÁLISIS MORFOLÓGICO
5.
a) –ría: cond. simpl. ind; -n: 3.ª p. pl.
b) –a-: morf. fem.; -s: morf. pl.
6.
a) sustantivo.
b) adverbio.
c) adjetivo.
d) sustantivo.
7.
a) pronombre y determinante.
b) pronombre interrogativo y adverbio.
8.
Diríamos: 1.ªp. pl. condicional simpl verbo decir-
que: conj. subordinante;
la: art. fem. sing.
comunicación: sust. fem. sing.
se: morf. verbal.
ha producido: 3.ª p. sing. pretérito perfercto compuesto de indicativo, voz activa.
con: prep.
éxito: sust. masc. sing.
ANÁLISIS SINTÁCTICO
9.
a) deberían ser
b) tiene que cumplirse
c) parece acertado
d) resultaría totalmente superfluo
10.
a) de “comunicación”: CRV
b) en la siguiente situación: CRV
c) en el mensaje: CCL
d) ante la llegada de su interlocutor: CCC
11.
La oración es predicativa y tiene un sujeto elíptico (nosotros).
El predicado es verbal, y está formado por el núcleo (orientamos) y dos complementos verbales: “la pregunta” (SN / CD) y “hacia la recepción” (S.Prep. / CCL).
dimarts, 11 de gener del 2011
Actividades de sintaxis (repaso)
Actividades de sintaxis (ijenover)
IV. Gramática: los complementos del verbo (II)
El Atributo (Atr.)
El Complemento directo (CD)
El Complemento Indirecto (CI)
El Complemento de Régimen Verbal (CRV) (1)
El Complemento de Régimen Verbal (CRV) (2)
El Complemento Circunstancial (CC)
Análisis sintáctico 1
Análisis sintáctico 2 (Muy recomendado)
Los complementos del verbo. Test sobre la estructura del predicado (Parte de actividades de síntesis)
Test de sintaxis
IV. Gramática: los complementos del verbo (II)
El Atributo (Atr.)
El Complemento directo (CD)
El Complemento Indirecto (CI)
El Complemento de Régimen Verbal (CRV) (1)
El Complemento de Régimen Verbal (CRV) (2)
El Complemento Circunstancial (CC)
Análisis sintáctico 1
Análisis sintáctico 2 (Muy recomendado)
Los complementos del verbo. Test sobre la estructura del predicado (Parte de actividades de síntesis)
Test de sintaxis
dimarts, 25 de maig del 2010
dissabte, 3 d’abril del 2010
Las Leyendas de Bécquer, en el contexto de la literatura gótica europea
Lee el artículo, visiona los cuatro videos y realiza las actividades.
LA LITERATURA GÓTICA
El adjetivo gótico deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario remite a que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, surgida con el Romanticismo, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En definitiva, al igual que este racionalismo siguió al periodo barroco e igual que ocurriría más tarde a mayor escala con el romanticismo, la novela gótica supuso una ruptura con la corriente de pensamiento predominante.
Ya desde el primer momento, en esta literatura, apreciamos la principal característica de la literatura gótica: la presencia de lo sobrenatural, acontecimientos fantásticos y misteriosos, muchas veces inspirados en leyendas populares, que no pueden explicarse desde la razón humana. Es ante la imposibilidad de explicar estos sucesos, y la implícita amenaza que esto conlleva, lo que produce el horror.
Lo sobrenatural puede presentarse al lector de muchas maneras, según autores y obras. En algunos casos, los relatos góticos parecen sacados del mundo de los sueños, como si se trataran de horribles pesadillas. En otros casos, el horror se presenta desde el lado más grotesco y ahonda el irracionalismo más exacerbado. También es frecuente la presencia de seres maléficos extraordinarios: espectros, fantasmas, monstruos, brujas, hadas, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
En ocasiones, la literatura se plantea como una metáfora de la condición humana de los protagonistas, un descenso a los infiernos del alma. La literatura gótica se siente atraída por los estados alterados de conciencia, por los abismos que se ocultan en el alma humana: el inconsciente, los sueños, la locura, las fobias, las obsesiones, la depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, etc.
Otra importante característica es la atmósfera, el ambiente, que envuelve la narración. La novela gótica, como ya hemos dicho, debe su nombre a la utilización de escenarios medievales para enmarcar la acción: castillos encantados, mansiones, torres, criptas, cementerios, monasterios y catedrales góticas, oscuros bosques encantados,...
La técnica gótica da a esta atmósfera una siniestra vida propia. Las paredes "fruncen el ceño" y el castillo se "agazapa" sobre un pueblo. Con frecuencia, esta ambientación fantástica se funde con las cosas que son familiares al lector, ya que la familiaridad es una gran puerta al subconsciente y permite llegar más fácilmente a sus fobias y miedos.
La seducción también juega un papel importante: muchas veces el protagonista se encuentra atraído hacia situaciones de las que debería apartarse, pero ¿quién puede resistirse a unos cautivadores labios, aunque bajo ellos asomen dos puntiagudos colmillos?
La fusión con el mundo de los sueños también es muy utilizada. La bruma, el ocaso,... son fuentes de confusión e incertidumbre, que enturbian los sentidos del protagonista y le hacen perder el control cuando más lo necesita. La continua imposibilidad para distinguir la imaginación de lo que realmente le rodea, es fuente de angustia y terror.
A esta ambientación contribuye también el poder de la naturaleza. Esta, lejos de ser neutral, se convierte en un aliado de la adversidad en la novela gótica. Niebla, tempestades de viento, estallido de truenos, centelleantes rayos, persistentes lloviznas... son elementos ante cuyos poderes el héroe está indefenso y que erosionan su fuerza y su voluntad.
En cualquier caso, el objetivo de esta ambientación es crear un ambiente opresor y amenazador. Una sensación de pesar, ruina, abandono, vejez y decadencia, y la cercanía con la muerte que esto produce, impera a menudo en el ambiente.
Las Leyendas de Bécquer
Bécquer escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, y que aparecieron en periódicos y revistas a partir de 1858 y 1864. Antes que Bécquer, escritores románticos como Zorrilla o el Duque de Rivas ya habían cultivado este género; se trataba de narraciones legendarias escritas en verso, a través de las cuales se adentraban en el pasado histórico medieval y el folklore español, temas que tanto apasionaban a los románticos.
A diferencia de estos autores, Bécquer escribe sus Leyendas en prosa y se aleja, de este modo, del tono grandilocuente de sus predecesores. A pesar de que también sitúa muchas de sus leyendas en la Edad Media, y de que lo sobrenatural adquiere en ellas un papel primordial, sus personajes sienten y piensan como personas del siglo XIX, logrando así una auténtica renovación del género.
En estos relatos el autor mezcla lo fantástico con lo real, y recrea temas procedentes del folklore español y europeo, creando, en muchas ocasiones, una atmósfera de misterio y de terror que lo conecta con la obra de los grandes maestros de la literatura fantástica del Romanticismo: E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe.
MAESTROS DEL TERROR GÓTICO
E.T.A. Hoffmann

Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un escritor alemán adscrito al Romanticismo.
Donde más destacó su gran personalidad fue en sus cuentos fantásticos, en los que se mezclan el misterio y el horror, y que han alcanzado fama universal. En ellos crea una atmósfera en ocasiones de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe y el primer Dostoievski.
Las historias de Hoffmann son «siniestras», en el sentido que dio Freud a esta expresión: el efecto de horror y extrañamiento que produce la repentina realización en el mundo real de los temores supersticiosos o infantiles. Muchas de sus novelas cortas más famosas fueron reunidas en dos volúmenes bajo el título de Piezas fantásticas (1814-1815), que también contienen una colección de crítica musical y sus propias ilustraciones. El cariz fantástico de la mayor parte de estas obras atestigua la viva imaginación del autor, que se apoya en sus grandes y sutiles dotes de observación. Sueño y realidad se confunden en el espíritu del autor que percibe –como él mismo dejó dicho– las cosas «invisibles para los ojos terrenos».
Edgar Allan Poe

El genio de Edgar Allan Poe (Boston 1809, Baltimore 1849) apenas fue reconocido en su momento, pero tras su muerte se convirtió en maestro e inspirador de escritores posteriores y despertó la admiración de figuras de la talla de Baudelaire, Victor Hugo, Herman Melville, Oscar Wilde, Dostoievsky, Nabokov, Thomas Mann, Marcel Proust o Borges. El Sherlock Holmes de Conan Doyle está inspirado en el personaje de Auguste Dupin, creado por Poe, y su influencia es evidente en magos del terror como Lovecraft o Stephen King.
Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión.
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.
Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher) o La máscara de la Muerte Roja.
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.
Edgar Allan Poe fue un escritor maldito, y tuvo una vida atormentada y llena de excesos. Murió a los 40 años en un hospital de Baltimore después de pasar varios días vagando por las calles, borracho y enajenado. Se dice que lo encontraron en una taberna rodeado de una muchedumbre de bebedores y vestido con unas ropas raídas que, evidentemente, no eran suyas.
El cuervo
La caída de la casa Usher
La máscara de la muerte roja (Parte I)
La máscara de la muerte roja (Parte II)
Actividades
1. Resume las principales características de la literatura gótica del siglo XIX y relaciónalo con las Leyendas de Bécquer.
2. Visiona los videos de las tres obras de Edgar Allan Poe: El cuervo, La caída de la casa Usher y La máscara de la Muerte Roja. Resume su argumento y ejemplifica los elementos propios de la literatura gótica que encuentres en cada uno de ellos.
LA LITERATURA GÓTICA
El adjetivo gótico deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario remite a que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales.
En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, surgida con el Romanticismo, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En definitiva, al igual que este racionalismo siguió al periodo barroco e igual que ocurriría más tarde a mayor escala con el romanticismo, la novela gótica supuso una ruptura con la corriente de pensamiento predominante.
Ya desde el primer momento, en esta literatura, apreciamos la principal característica de la literatura gótica: la presencia de lo sobrenatural, acontecimientos fantásticos y misteriosos, muchas veces inspirados en leyendas populares, que no pueden explicarse desde la razón humana. Es ante la imposibilidad de explicar estos sucesos, y la implícita amenaza que esto conlleva, lo que produce el horror.
Lo sobrenatural puede presentarse al lector de muchas maneras, según autores y obras. En algunos casos, los relatos góticos parecen sacados del mundo de los sueños, como si se trataran de horribles pesadillas. En otros casos, el horror se presenta desde el lado más grotesco y ahonda el irracionalismo más exacerbado. También es frecuente la presencia de seres maléficos extraordinarios: espectros, fantasmas, monstruos, brujas, hadas, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
En ocasiones, la literatura se plantea como una metáfora de la condición humana de los protagonistas, un descenso a los infiernos del alma. La literatura gótica se siente atraída por los estados alterados de conciencia, por los abismos que se ocultan en el alma humana: el inconsciente, los sueños, la locura, las fobias, las obsesiones, la depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, etc.
Otra importante característica es la atmósfera, el ambiente, que envuelve la narración. La novela gótica, como ya hemos dicho, debe su nombre a la utilización de escenarios medievales para enmarcar la acción: castillos encantados, mansiones, torres, criptas, cementerios, monasterios y catedrales góticas, oscuros bosques encantados,...
La técnica gótica da a esta atmósfera una siniestra vida propia. Las paredes "fruncen el ceño" y el castillo se "agazapa" sobre un pueblo. Con frecuencia, esta ambientación fantástica se funde con las cosas que son familiares al lector, ya que la familiaridad es una gran puerta al subconsciente y permite llegar más fácilmente a sus fobias y miedos.
La seducción también juega un papel importante: muchas veces el protagonista se encuentra atraído hacia situaciones de las que debería apartarse, pero ¿quién puede resistirse a unos cautivadores labios, aunque bajo ellos asomen dos puntiagudos colmillos?
La fusión con el mundo de los sueños también es muy utilizada. La bruma, el ocaso,... son fuentes de confusión e incertidumbre, que enturbian los sentidos del protagonista y le hacen perder el control cuando más lo necesita. La continua imposibilidad para distinguir la imaginación de lo que realmente le rodea, es fuente de angustia y terror.
A esta ambientación contribuye también el poder de la naturaleza. Esta, lejos de ser neutral, se convierte en un aliado de la adversidad en la novela gótica. Niebla, tempestades de viento, estallido de truenos, centelleantes rayos, persistentes lloviznas... son elementos ante cuyos poderes el héroe está indefenso y que erosionan su fuerza y su voluntad.
En cualquier caso, el objetivo de esta ambientación es crear un ambiente opresor y amenazador. Una sensación de pesar, ruina, abandono, vejez y decadencia, y la cercanía con la muerte que esto produce, impera a menudo en el ambiente.
Las Leyendas de Bécquer
Bécquer escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror, y que aparecieron en periódicos y revistas a partir de 1858 y 1864. Antes que Bécquer, escritores románticos como Zorrilla o el Duque de Rivas ya habían cultivado este género; se trataba de narraciones legendarias escritas en verso, a través de las cuales se adentraban en el pasado histórico medieval y el folklore español, temas que tanto apasionaban a los románticos.
A diferencia de estos autores, Bécquer escribe sus Leyendas en prosa y se aleja, de este modo, del tono grandilocuente de sus predecesores. A pesar de que también sitúa muchas de sus leyendas en la Edad Media, y de que lo sobrenatural adquiere en ellas un papel primordial, sus personajes sienten y piensan como personas del siglo XIX, logrando así una auténtica renovación del género.
En estos relatos el autor mezcla lo fantástico con lo real, y recrea temas procedentes del folklore español y europeo, creando, en muchas ocasiones, una atmósfera de misterio y de terror que lo conecta con la obra de los grandes maestros de la literatura fantástica del Romanticismo: E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe.
MAESTROS DEL TERROR GÓTICO
E.T.A. Hoffmann

Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) fue un escritor alemán adscrito al Romanticismo.
Donde más destacó su gran personalidad fue en sus cuentos fantásticos, en los que se mezclan el misterio y el horror, y que han alcanzado fama universal. En ellos crea una atmósfera en ocasiones de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe y el primer Dostoievski.
Las historias de Hoffmann son «siniestras», en el sentido que dio Freud a esta expresión: el efecto de horror y extrañamiento que produce la repentina realización en el mundo real de los temores supersticiosos o infantiles. Muchas de sus novelas cortas más famosas fueron reunidas en dos volúmenes bajo el título de Piezas fantásticas (1814-1815), que también contienen una colección de crítica musical y sus propias ilustraciones. El cariz fantástico de la mayor parte de estas obras atestigua la viva imaginación del autor, que se apoya en sus grandes y sutiles dotes de observación. Sueño y realidad se confunden en el espíritu del autor que percibe –como él mismo dejó dicho– las cosas «invisibles para los ojos terrenos».
Edgar Allan Poe

El genio de Edgar Allan Poe (Boston 1809, Baltimore 1849) apenas fue reconocido en su momento, pero tras su muerte se convirtió en maestro e inspirador de escritores posteriores y despertó la admiración de figuras de la talla de Baudelaire, Victor Hugo, Herman Melville, Oscar Wilde, Dostoievsky, Nabokov, Thomas Mann, Marcel Proust o Borges. El Sherlock Holmes de Conan Doyle está inspirado en el personaje de Auguste Dupin, creado por Poe, y su influencia es evidente en magos del terror como Lovecraft o Stephen King.
Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión.
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.
Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher) o La máscara de la Muerte Roja.
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.
Edgar Allan Poe fue un escritor maldito, y tuvo una vida atormentada y llena de excesos. Murió a los 40 años en un hospital de Baltimore después de pasar varios días vagando por las calles, borracho y enajenado. Se dice que lo encontraron en una taberna rodeado de una muchedumbre de bebedores y vestido con unas ropas raídas que, evidentemente, no eran suyas.
El cuervo
La caída de la casa Usher
La máscara de la muerte roja (Parte I)
La máscara de la muerte roja (Parte II)
Actividades
1. Resume las principales características de la literatura gótica del siglo XIX y relaciónalo con las Leyendas de Bécquer.
2. Visiona los videos de las tres obras de Edgar Allan Poe: El cuervo, La caída de la casa Usher y La máscara de la Muerte Roja. Resume su argumento y ejemplifica los elementos propios de la literatura gótica que encuentres en cada uno de ellos.
dimecres, 31 de març del 2010
Las Rimas: Actividades de síntesis
1. ¿Cuáles son los temas principales que Bécquer trata en las Rimas?
2. ¿Qué idea de la poesía expresa Bécquer en las Rimas?
3. En las Rimas se pueden reconstruir los diferentes estadios de una relación amorosa, que va desde la plenitud del amor correspondido hasta el desconsuelo por el amor roto. Describe estos estadios y pon ejemplos extraídos de las rimas.
4. La mujer es un tema constante en las Rimas. ¿Qué visiones se nos ofrece de ella?
5. En algunas rimas no sabemos si el poeta habla de la mujer o de la poesía. Cita alguna de ellas.
6. En ocasiones el poeta se introduce en el mundo de los sueños. ¿En qué rimas? ¿Con qué intención?
7. Señala cuáles son los rasgos de estilo más importantes de las Rimas.
8. Señala los aspectos que caracterizan la métrica de las Rimas.
9. Hay rimas que parten de un hecho o de una anécdota puntual vivida por el protagonista del poema. Cita algunas.
10. Comenta el uso del paralelismo en las Rimas.
2. ¿Qué idea de la poesía expresa Bécquer en las Rimas?
3. En las Rimas se pueden reconstruir los diferentes estadios de una relación amorosa, que va desde la plenitud del amor correspondido hasta el desconsuelo por el amor roto. Describe estos estadios y pon ejemplos extraídos de las rimas.
4. La mujer es un tema constante en las Rimas. ¿Qué visiones se nos ofrece de ella?
5. En algunas rimas no sabemos si el poeta habla de la mujer o de la poesía. Cita alguna de ellas.
6. En ocasiones el poeta se introduce en el mundo de los sueños. ¿En qué rimas? ¿Con qué intención?
7. Señala cuáles son los rasgos de estilo más importantes de las Rimas.
8. Señala los aspectos que caracterizan la métrica de las Rimas.
9. Hay rimas que parten de un hecho o de una anécdota puntual vivida por el protagonista del poema. Cita algunas.
10. Comenta el uso del paralelismo en las Rimas.
La concepción poética de Bécquer
Lee la “Carta segunda”, dentro de Cartas literarias a una mujer”, y realiza después las actividades:
Cartas literarias a una mujer (1861)
Carta segunda, (El Contemporáneo, martes 8 de enero de 1861).
En mi anterior te dije que la poesía eras tú, porque tú eres la más bella personificación del sentimiento, y el verdadero espíritu de la poesía de otro.
A propósito de esto, la palabra amor se deslizó en mi pluma en uno de los párrafos de mi carta.
De aquel párrafo hice el último. Nada más natural. Voy a decirte el porqué.
Existe una preocupación bastante generalizada, aun entre las personas que se dedican a dar formas a lo que piensan, que, a mi modo de ver, es, sin parecerlo, una de las mayores.
Si hemos de dar crédito a los que de ella participan, es una verdad tan innegable que se puede elevar a la categoría de axioma el que nunca se vierte la idea con tanta vida y precisión como en el momento en que ésta se levanta semejante a un gas desprendido y enardece la fantasía y hace vibrar todas las fibras sensibles, cual si las tocase alguna chispa eléctrica.
Yo no niego que suceda así. Yo no niego nada; pero, por lo que a mí toca, puedo asegurarte que cuando siento no escribo. Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro misterioso, las impresiones que han dejado en él su huella al pasar; estas ligeras y ardientes hijas de la sensación duermen allí agrupadas en el fondo de mi memoria hasta el instante en que, puro, tranquilo, sereno y revestido, por decirlo así, de un poder sobrenatural, mi espíritu las evoca, y tienden sus alas transparentes, que bullen con un zumbido extraño, y cruzan otra vez por mis ojos como en una visión luminosa y magnífica.
Entonces no siento ya con los nervios que se agitan, con el pecho que se oprime, con la parte orgánica natural que se conmueve al rudo choque de las sensaciones producidas por la pasión y los afectos; siento, sí, pero de una manera que puede llamarse artificial; escribo como el que copia de una página ya escrita; dibujo como el pintor que reproduce el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde entre la bruma de los horizontes.
Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar como un tesoro la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más: creo que únicamente por esto lo son.
[…]
Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de hierro la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que trotan en la imaginación al envolver esas misteriosas figuras que crea y de las que sólo acertamos a reproducir el descarnado esqueleto; si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los pensamientos más absurdos que nadan en el caos: si tú supieras... Pero, ¿qué digo? Tú lo sabes, tú debes saberlo.
¿No has soñado nunca? Al despertar, ¿te ha sido alguna vez posible referir, con toda su inexplicable vaguedad y poesía, lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano; inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa.
¿Cómo la palabra, cómo un idioma grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?
Imposible.
Sin embargo, yo procuraré apuntar, como de pasada, algunas de las mil ideas que me agitaron durante aquel sueño magnífico, en que vi al amor, envolviendo a la Humanidad como en un fluido de fuego, pasar de un siglo en otro, sosteniendo la incomprensible atracción de los espíritus, atracción semejante a la de los astros, y revelándose al mundo exterior por medio de la poesía, único idioma que acierta a balbucear algunas de las frases de su inmenso poema.
Pero, ¿lo ves? Ya quizá ni tú me entiendes ni yo sé lo que me digo. Hablemos como se habla. Procedamos con orden. ¡El orden! ¡Lo detesto, y, sin embargo, es tan preciso para todo!...
La poesía es el sentimiento; pero el sentimiento no es más que un efecto, y todos los efectos proceden de una causa más o menos conocida. ¿Cuál lo será? ¿Cuál podrá serlo de este divino arranque de entusiasmo, de esta vaga y melancólica aspiración del alma, que se traduce al lenguaje de los hombres por medio de sus más suaves armonías sino el amor?
Sí; el amor es el manantial perenne de toda poesía, el origen fecundo de todo lo grande, el principio eterno de todo lo bello; y digo el amor porque la religión, nuestra religión sobre todo, es un amor también, es el amor más puro, más hermoso, el único infinito que se conoce, y sólo a estos dos astros de la inteligencia puede volverse el hombre cuando desea luz que alumbre en su camino, inspiración que fecundice su vena estéril y fatigada.
El amor es la causa del sentimiento; pero... ¿qué es el amor? Ya lo ves: el espacio me falta, el asunto es grande, y... ¿te sonríes?... ¿Crees que voy a darte una excusa fútil para interrumpir mi carta en este sitio?
No; ya no recurriré a los fenómenos del mío para disculparme de no hablar del amor. Te lo confesaré ingenuamente: tengo miedo.
Algunos días, sólo algunos, y te lo juro, te hablaré del amor, a riesgo de escribir un millón de disparates.
-¿Por qué tiemblas? - dirás sin duda -. ¿No hablan de él a cada paso gentes que ni aún lo conocen? ¿Por qué no has de hablar tú, tú que dices que lo sientes?
¡Ay! Acaso por lo mismo que ignoran lo que es, se atreven a definirlo.
¿Vuelves a sonreírte?... Créeme: la vida está llena de estos absurdos.
Actividades
1. Resume la concepción poética de Gustavo Adolfo Bécquer. Algunos aspectos que podrías tratar son:
• El concepto de poesía
• La imposibilidad de definirla
• La poesía como sentimiento y amor
• La identificación de mujer y poesía
2. ¿Cuál es el proceso de creación poética que se describe en estas líneas?
3. ¿Qué relación se establece entre la poesía, el sentimiento, la mujer y el amor? Relaciónalo con la rima XXI:
¿Qué es poesía? --dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
Cartas literarias a una mujer (1861)
Carta segunda, (El Contemporáneo, martes 8 de enero de 1861).
En mi anterior te dije que la poesía eras tú, porque tú eres la más bella personificación del sentimiento, y el verdadero espíritu de la poesía de otro.
A propósito de esto, la palabra amor se deslizó en mi pluma en uno de los párrafos de mi carta.
De aquel párrafo hice el último. Nada más natural. Voy a decirte el porqué.
Existe una preocupación bastante generalizada, aun entre las personas que se dedican a dar formas a lo que piensan, que, a mi modo de ver, es, sin parecerlo, una de las mayores.
Si hemos de dar crédito a los que de ella participan, es una verdad tan innegable que se puede elevar a la categoría de axioma el que nunca se vierte la idea con tanta vida y precisión como en el momento en que ésta se levanta semejante a un gas desprendido y enardece la fantasía y hace vibrar todas las fibras sensibles, cual si las tocase alguna chispa eléctrica.
Yo no niego que suceda así. Yo no niego nada; pero, por lo que a mí toca, puedo asegurarte que cuando siento no escribo. Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro misterioso, las impresiones que han dejado en él su huella al pasar; estas ligeras y ardientes hijas de la sensación duermen allí agrupadas en el fondo de mi memoria hasta el instante en que, puro, tranquilo, sereno y revestido, por decirlo así, de un poder sobrenatural, mi espíritu las evoca, y tienden sus alas transparentes, que bullen con un zumbido extraño, y cruzan otra vez por mis ojos como en una visión luminosa y magnífica.
Entonces no siento ya con los nervios que se agitan, con el pecho que se oprime, con la parte orgánica natural que se conmueve al rudo choque de las sensaciones producidas por la pasión y los afectos; siento, sí, pero de una manera que puede llamarse artificial; escribo como el que copia de una página ya escrita; dibujo como el pintor que reproduce el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde entre la bruma de los horizontes.
Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar como un tesoro la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más: creo que únicamente por esto lo son.
[…]
Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de hierro la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que trotan en la imaginación al envolver esas misteriosas figuras que crea y de las que sólo acertamos a reproducir el descarnado esqueleto; si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los pensamientos más absurdos que nadan en el caos: si tú supieras... Pero, ¿qué digo? Tú lo sabes, tú debes saberlo.
¿No has soñado nunca? Al despertar, ¿te ha sido alguna vez posible referir, con toda su inexplicable vaguedad y poesía, lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano; inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa.
¿Cómo la palabra, cómo un idioma grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?
Imposible.
Sin embargo, yo procuraré apuntar, como de pasada, algunas de las mil ideas que me agitaron durante aquel sueño magnífico, en que vi al amor, envolviendo a la Humanidad como en un fluido de fuego, pasar de un siglo en otro, sosteniendo la incomprensible atracción de los espíritus, atracción semejante a la de los astros, y revelándose al mundo exterior por medio de la poesía, único idioma que acierta a balbucear algunas de las frases de su inmenso poema.
Pero, ¿lo ves? Ya quizá ni tú me entiendes ni yo sé lo que me digo. Hablemos como se habla. Procedamos con orden. ¡El orden! ¡Lo detesto, y, sin embargo, es tan preciso para todo!...
La poesía es el sentimiento; pero el sentimiento no es más que un efecto, y todos los efectos proceden de una causa más o menos conocida. ¿Cuál lo será? ¿Cuál podrá serlo de este divino arranque de entusiasmo, de esta vaga y melancólica aspiración del alma, que se traduce al lenguaje de los hombres por medio de sus más suaves armonías sino el amor?
Sí; el amor es el manantial perenne de toda poesía, el origen fecundo de todo lo grande, el principio eterno de todo lo bello; y digo el amor porque la religión, nuestra religión sobre todo, es un amor también, es el amor más puro, más hermoso, el único infinito que se conoce, y sólo a estos dos astros de la inteligencia puede volverse el hombre cuando desea luz que alumbre en su camino, inspiración que fecundice su vena estéril y fatigada.
El amor es la causa del sentimiento; pero... ¿qué es el amor? Ya lo ves: el espacio me falta, el asunto es grande, y... ¿te sonríes?... ¿Crees que voy a darte una excusa fútil para interrumpir mi carta en este sitio?
No; ya no recurriré a los fenómenos del mío para disculparme de no hablar del amor. Te lo confesaré ingenuamente: tengo miedo.
Algunos días, sólo algunos, y te lo juro, te hablaré del amor, a riesgo de escribir un millón de disparates.
-¿Por qué tiemblas? - dirás sin duda -. ¿No hablan de él a cada paso gentes que ni aún lo conocen? ¿Por qué no has de hablar tú, tú que dices que lo sientes?
¡Ay! Acaso por lo mismo que ignoran lo que es, se atreven a definirlo.
¿Vuelves a sonreírte?... Créeme: la vida está llena de estos absurdos.
Actividades
1. Resume la concepción poética de Gustavo Adolfo Bécquer. Algunos aspectos que podrías tratar son:
• El concepto de poesía
• La imposibilidad de definirla
• La poesía como sentimiento y amor
• La identificación de mujer y poesía
2. ¿Cuál es el proceso de creación poética que se describe en estas líneas?
3. ¿Qué relación se establece entre la poesía, el sentimiento, la mujer y el amor? Relaciónalo con la rima XXI:
¿Qué es poesía? --dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
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